Perfil demográfico de los ocupados españoles

Varón, andaluz, mayor de 25 años y con formación superior: el perfil del nuevo ocupado en España

El mercado laboral español está próximo a cumplir su cuarto año consecutivo con aumento del empleo. Es por ello que, The Adecco Group, líder mundial en la gestión de recursos humanos, en colaboración con los investigadores de Barceló y Asociados, ha elaborado el V Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España.

El fin de este Monitor Adecco es analizar los puestos de trabajo que se están creando en nuestro país desde diferentes ángulos sociodemográficos y económicos. En esta primera entrega se analiza el perfil demográfico de los nuevos ocupados en España: sexo, comunidad autónoma, edad, nacionalidad y nivel de formación alcanzado.

Por último, en aquellos puntos en los que sea relevante la información, estableceremos una comparativa entre los datos de 2017 con los de 2008 –año en que comenzó la crisis económica en nuestro país- para comprender mejor el impacto que ésta ha dejado en la ocupación española y si es muy diferente el empleo que se está creando ahora con respecto al que se creaba entonces, justo antes de la recesión.

Distribución geográfica del empleo en España

Según los últimos datos oficiales, el número de ocupados en España alcanza actualmente los 19 millones, el número más alto en ocho años. En el último año, el número de ocupados en nuestro país ha aumentado en 521.700 personas, lo que supone un incremento interanual de un 2,8%. Con éste, suman 14 los trimestres consecutivos con crecimiento interanual del empleo, hecho que no se registraba desde junio de 2008.

El empleo ha crecido en 13 de las 17 comunidades autónomas españolas. Las autonomías que proporcionalmente más han incrementado sus respectivos colectivos de ocupados han sido Canarias (+4,9% interanual), Castilla-La Mancha (+4,7%), Andalucía y la Comunidad de Madrid (+3,9% en ambos casos).

Por el contrario, las únicas cuatro comunidades que han exhibido un retroceso del empleo total han sido el País Vasco (-0,3%), Castilla y León (-0,6%), Extremadura (-0,9%) y Cantabria (-1,4%).

Andalucía y Madrid son las dos autonomías donde mayor cantidad de puestos de trabajo se han creado, con 111.100 en el primer caso y 109.400 en el segundo (21,3% y 21% del total, respectivamente).

Si a esos empleos sumamos los 92.700 creados en Cataluña (+2,9%; un 17,8% del total) y los 72.800 nuevos puestos de la Comunidad Valenciana (+3,8%; 14% del total), tenemos que 3 de cada 4 nuevos puestos de trabajo creados en los últimos doce meses corresponden a alguna de estas cuatro regiones.

Con estos datos, la distribución geográfica del empleo en España queda ahora repartida de manera que tres autonomías tienen el grueso de puestos de trabajo concentrados en su territorio: Cataluña (con 3.317.000 empleos que suponen el 17,5% del total nacional), y Andalucía y la Comunidad de Madrid, ambas con el 15,5% del total y algo más de 2,9 millones de ocupados cada una.

Un poco más atrás queda la Comunidad Valenciana, que representa el 10,6% del empleo español con 2.014.000 ocupados, doblando prácticamente a las siguientes autonomías, que son Galicia, con el 5,6% del empleo, que son algo más de un millón de ocupados, y Castilla y León (5,2% del empleo: 987.000 ocupados).

Comparativa 2017-2008

Comparando la distribución geográfica del empleo del tercer trimestre de 2017 con la de 2008, se observa que 11 autonomías mantienen su participación en la ocupación total con ligeros cambios. Las excepciones positivas son Baleares, Canarias y Andalucía, que ganan 5, 4 y 2 décimas, hasta el 3,1%, 4,5% y el 15,5%, respectivamente.

Esto se compensa principalmente con la menor participación en el empleo de Galicia, Asturias y el País Vasco, que ceden 3 décimas en el caso gallego y 2 en los restantes, hasta, respectivamente, 5,6%, 2,1% y 4,8%.

Baleares y Canarias son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+8,9% en el caso balear y +1,7% en el canario). A nivel nacional se aprecia desde entonces una pérdida acumulada de empleo del 7,3%.

Empleo por sexo y autonomía

De los 19 millones de ocupados que hay ahora mismo en España (concretamente 19.049.200 personas), 10,4 millones son hombres y 8,6 millones son mujeres. La mayor parte de los nuevos puestos de trabajo creados (521.700) ha beneficiado a los hombres (al contrario de lo que ocurría un año atrás cuando eran las mujeres las que captaban más empleos).

En este año, los hombres han captado 307.700 empleos (+3% interanual y un 59% del total del empleo creado) mientras que las mujeres han ocupado 213.900 puestos de trabajo (+2,5% y 41% del total).

Aunque en proporciones variables, doce comunidades autónomas han imitado el patrón general, otorgando la mayor parte de las nuevas ocupaciones al sexo masculino. Los casos más marcados son los de Navarra y el País Vasco donde el número de ocupadas ha disminuido y el de ocupados ha crecido.

En el caso navarro, los hombres han captado 9.900 puestos al mismo tiempo que las mujeres han perdido 2.200. En el País Vasco, la cantidad de varones con empleo ha crecido en 300 personas en la comparación interanual mientras las mujeres han perdido 2.700 empleos.

El reparto más equilibrado entre sexos de los nuevos puestos de trabajo se ha registrado en la Comunidad de Madrid, con 55.900 nuevas ocupaciones femeninas y 53.400 masculinas.

Por su parte, entre las regiones donde el sexo femenino ha obtenido una mayor proporción de los nuevos empleos han destacado Cantabria y La Rioja. En ambos casos se ha dado una caída en el empleo masculino al mismo tiempo que ha crecido la ocupación femenina.

En el caso cántabro, ellas han conseguido 900 empleos al mismo tiempo que ellos han perdido 4.400. En La Rioja, ahora hay 100 hombres menos trabajando que un año atrás, que es el mismo número de trabajos que han ganado las mujeres.

El mayor incremento interanual del empleo masculino se ha registrado en Navarra (+6,7%), Canarias (+6,5%) y Castilla-La Mancha (+6%). La Región de Murcia, en cambio, ha encabezado la incorporación de mujeres al empleo (+5,1% interanual), seguida por la Comunidad de Madrid (+4,1%) y Andalucía (+3,6%).

Castilla-La Mancha (59,7%) y Extremadura (57,8%) son las dos autonomías en las que la ocupación masculina tiene un mayor peso en la ocupación total. Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son Asturias (48,5%) y Madrid (48%).

Comparativa 2017-2008

Cuando se compara el número de ocupados actual con el del año 2008 se encuentra una pérdida acumulada del empleo del 7,3% en España, que se amplía hasta el 12% en el caso del empleo masculino y se modera hasta el 1% en el caso femenino.

Como vimos anteriormente, Baleares y Canarias son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+8,9% en el caso balear y +1,7% en el canario). Sin embargo, el caso balear es mejor pues presenta mayor empleo que antes de la crisis para ambos sexos: +4,1% los hombres y +15,1% las mujeres.

En cambio, en Canarias ahora hay un 2% menos de ocupados varones con respecto a 2008 que se compensa por el incremento de un 6,7% en el empleo femenino.

La Rioja (+1%) y Andalucía (+1,7%) son las únicas otras autonomías que también exhiben ahora un mayor número de mujeres ocupadas que en el tercer trimestre de 2008, aunque el menor número de hombres con empleo determina una menor ocupación total en ellas.

Empleo por sexo y edad

Tal como ocurría hace un año, la creación de empleo es generalizada, beneficiando tanto a hombres como a mujeres (aunque éstos se reciban mayor porcentaje de empleo), y tanto a jóvenes como a adultos. La diferencia respecto al año pasado es que ahora el empleo juvenil crece con fuerza.

Así, el número de ocupados de 25 y más años ha aumentado en 387.200 personas (+2,2%) en tanto que el de jóvenes (menores de 25) con empleo ha crecido en 134.500 (+15% interanual). En otras palabras, 1 de cada 4 nuevos empleos en este año ha ido para jóvenes cuando un año atrás apenas captaban un 5%.

Si vemos estos datos desglosados por sexos, se ha producido una dinámica similar, con crecimiento en la ocupación de ambos grupos de edad. En el caso de las personas de 25 y más años (nos referiremos a ellos como empleo adulto), el incremento interanual del empleo ha sido del 1,9% en el caso femenino (151.300 plazas) y del 2,4% en el masculino (235.600 nuevos empleos).

Entre los jóvenes, el aumento de la contratación ha sido parecido en ambos sexos, con un crecimiento interanual del 14,9% para ellas (62.600 empleos) y de un 15,1% para ellos (72.100).

Edad y comunidad autónoma

En 12 autonomías se ha registrado una evolución similar a la nacional, con crecimiento en el empleo de ambos grupos de edad, aunque sensiblemente más robusto en el caso de los jóvenes. Canarias (30,7% de crecimiento interanual en el empleo juvenil y +3,7% en el adulto) y Andalucía (+27,8% y +2,8%, respectivamente) muestran los incrementos más marcados.

Cantabria y Extremadura han sido las únicas regiones con destrucción de empleo para ambas franjas de edad. En el primer caso, la pérdida de empleo ha sido del 3,2% para los jóvenes y de un 1,4% para los adultos. En la comunidad extremeña, el retroceso en el número de ocupados menores de 25 años ha sido del 1,9% y en el de mayores de 25, 0,9%.

En cambio, en el País Vasco, La Rioja y Castilla y León ha existido una pérdida de empleo adulto al mismo tiempo que ha crecido la ocupación de jóvenes.

Es decir, los datos por autonomías presentan una gran heterogeneidad, en especial en los referido a la evolución del empleo juvenil, ya que oscila entre el +30,7% de Canarias y el -3,2% cántabro.

Edad, sexo y comunidad autónoma

Si a estas variables añadimos la del sexo, la diversidad de situaciones es más amplia, ya que solo nueve autonomías replican el caso general (aumento del empleo en ambos grupos de edad para ambos sexos).

En el caso de los varones de menos de 25 años, catorce comunidades han aumentado el empleo. Asturias (+50% interanual), Navarra (+46,8%) y el País Vasco (+35,3%) son las que lo han hecho en mayor medida. Por el motivo contrario destacan Cantabria (-27,5%), Castilla y León (-10,9%) y la Región de Murcia (-2,1%).

Doce han sido las autonomías que han incrementado la contratación de personas de sexo masculino de 25 y más años de edad. Los mayores crecimientos se han registrado en Canarias (+5,8% interanual), Castilla-La Mancha (+4,8%) y Navarra (+4,4%). Las tres con mayores saldos negativos han sido Extremadura (-3,6%), Cantabria (-2,4%) y el País Vasco (-1,2%).

El colectivo de mujeres ocupadas de menos de 25 años muestra una amplia disparidad entre las diferentes regiones españolas. Entre las 14 autonomías donde ha crecido, se observan incrementos muy altos en Murcia (+41,4% interanual), Canarias (+39,9%) y Andalucía (+26,5%). Al mismo tiempo, se han encontrado caídas en el empleo femenino juvenil muy significativas, como las de Extremadura (-11,7%), Asturias (-4,6%) y Navarra (-3,4%).

En el caso de las personas de 25 y más años de edad de sexo femenino, son 12 las autonomías en las que su ocupación se ha incrementado. La Comunidad de Madrid (+3,8% interanual), Extremadura (+3,2%) y Murcia (+3%) alcanzan los resultados más favorables. Entre las cinco regiones que han visto caer el empleo de mujeres adultas, los mayores retrocesos han correspondido a Navarra (-1,7%) y el País Vasco (-1,1%), ya que en las demás autonomías ha sido inferior al 1%.

La ocupación según el nivel de formación

Podemos establecer cuatro grandes categorías en los niveles formativos de nuestro país: 1) Primaria (que incluye a quienes han acabado o no esta etapa educativa además del pequeño número de personas sin escolarizar que existen); 2) Primera etapa de educación secundaria; 3) Segunda etapa de formación secundaria (incluyendo también Formación Profesional) y 4) Superior (incluye a quienes hayan completado todo o una parte de un grado universitario, además de a quienes tengan maestrías y/o doctorados).

En los últimos doce meses, ha creciendo el número de ocupados de los tres niveles formativos superiores, mientras que se ha reducido el de aquellos con educación primaria. Concretamente, han sido contratadas 121.800 personas con primera etapa de secundaria (+2,4%), 122.000 personas con segunda etapa de secundaria (+2,7%) y otras 316.800 con formación superior (+4,1%). Esas contrataciones han sido parcialmente neutralizadas por el despido de 38.900 personas con educación primaria (-3,3%).

Desde este ángulo, los 19 millones de ocupados se desagregan en 1,2 millones con educación primaria, 5,2 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,6 millones con segunda etapa de formación secundaria y 8,1 millones con formación superior.

Comparativa 2017-2008

La importancia capital de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo queda ratificada cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los del mismo período de 2017: a lo largo de la crisis, ha aumentado el número de personas trabajando con educación superior, mientras ha caído el de trabajadores con menores niveles de formación. Cuanto menor el nivel formativo, más profunda ha resultado ser la pérdida de empleo.

En efecto, a lo largo de los últimos nueve años, la cantidad de ocupados con formación superior ha crecido en 1,1 millones de personas (+16,1%), mientras que la de aquellos con educación primaria se ha reducido en 1,8 millones (-61,3%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se ha reducido en 354.100 personas (-6,3%) y la de los que tienen la segunda etapa de formación secundaria lo ha hecho en 451.300 (-9%).

Esto ha significado un importante cambio en la composición del colectivo de ocupados según el nivel de formación alcanzado. La participación en el empleo de quienes tienen educación primaria se ha reducido a menos de la mitad, pasando de un 14,5% en 2008 hasta un 6% ahora (-8,4 puntos porcentuales). Ese espacio ha sido ocupado en su totalidad por personas con formación superior, que en 2008 disponían del 33,9% de los empleos y ahora concentran el 42,5% (+8,6 p.p.). Las dos categorías intermedias han tenido variaciones de unas pocas décimas.

Formación y comunidad autónoma

Canarias es la única región con creación de empleo en los cuatro niveles formativos en este año. Sólo cinco autonomías han replicado el modelo general, con caída de empleo entre las personas con educación primaria e incremento en las restantes tres categorías: Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

En todo caso, los datos ratifican la importancia clave de la formación a la hora encontrar empleo: el número de ocupados con formación superior ha tenido un incremento interanual en 16 de las 17 comunidades (todas salvo Navarra, -2,6%). En cambio, el de aquellos con educación primaria sólo ha crecido en cinco.

En el tercer trimestre, el grupo de personas ocupadas con formación superior tiene sus incrementos más amplios en Extremadura (+11,9% interanual), la Región de Murcia (+7,5%) y Andalucía (+6,7%).

Más heterogéneas resultan las variaciones en las restantes categorías. Por ejemplo, las personas con hasta la segunda etapa de la educación secundaria han visto aumentados sus puestos de trabajo un 19,7% interanual en Navarra y un 7,9% en la Comunidad de Madrid, al mismo tiempo que han perdido un 5,8% en Extremadura y un 2,5% en Baleares.

Más dispares aún son los resultados para el colectivo de personas con educación primaria. Mientras en Cantabria han aumentado sus puestos de trabajo en un 27,8% interanual y un 16,2% en Canarias, en Asturias han perdido el 37,7% y en el País Vasco el 23,8%.

Los datos autonómicos sí muestran una tendencia similar cuando se comparan los datos de 2008 con los de 2017. En todas ellas ha aumentado el espacio ocupado por las personas con formación superior, al tiempo que se ha retraído el del grupo con educación primaria.

Con excepción de Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura, en todas las autonomías el grupo más importante de ocupados es el de quienes cuentan con educación superior. País Vasco y Madrid sobresalen por ser las únicas en las que este grupo supone ahora más del 50% de la ocupación: 56,6% y 52,1%, respectivamente. El caso opuesto lo representan Baleares (31,9%) y Castilla-La Mancha (32,1%), que son las únicas regiones en las que el grupo de mayor formación ocupa menos de una tercera parte del total de puestos de trabajo.

Canarias y Murcia se destacan por ser las únicas autonomías en las que las personas con educación primaria ocupan el 10% o más de los puestos de trabajo, con, respectivamente, 10,7% y 10% del total.

Empleo por nacionalidad

Por último, es interesante medir la variable de la ocupación en función de la nacionalidad de las personas que han encontrado empleo.

Mientras el número total de ocupados ha tenido un incremento interanual de un 2,8%, la cantidad de ocupados de nacionalidad española ha avanzado un 2,6%. En cambio, el número de ocupados inmigrantes ha mejorado un 4,9%. Los inmigrantes han captado casi 1 de cada 5 nuevos puestos de trabajo: 98.800 empleos frente a los 422.900 puestos que han beneficiado a personas de nacionalidad española.

Sin embargo, no todos los grupos de inmigrantes han corrido exactamente la misma suerte. El número de personas ocupadas procedentes de otros países de la UE se ha incrementado un 6,9% (54.400 nuevos empleos) al mismo tiempo que el de aquellas originarias de terceros países lo ha hecho de forma más moderada, un 3,6% (44.200 empleos ganados). En otras palabras, en el último año, de cada 100 nuevos empleos, los ciudadanos españoles han recibido 81, mientras que los inmigrantes procedentes de otros países de la UE recibieron 10 y los inmigrantes de terceros países los restantes 9.

Los 19 millones de ocupados que hay ahora en España se corresponden con 16,9 millones de ocupados de nacionalidad española y 2,1 millones de extranjeros. Este último grupo se compone de 840.300 personas procedentes de otros países de la UE y de 1,3 millones de inmigrantes de otros lugares del mundo.

Los datos de ocupados de nacionalidad española incluyen a aquellas personas con doble nacionalidad (en la gran mayoría de los casos, personas de origen latinoamericano). Si se desglosan ambos colectivos se obtiene una perspectiva diferente que sugiere un aumento aún más veloz en el número de ocupados inmigrantes.

El número de ocupados con doble nacionalidad prácticamente no ha dejado de crecer a lo largo de la crisis (aunque sí moderó su avance en 2012 y 2013). Eso se explica porque el paso del tiempo permite a los inmigrantes solicitar la nacionalidad española. En los últimos doce meses, los ocupados con doble nacionalidad han aumentado un 3,1% (equivalente a 16.800 personas), por lo que ahora suman 553.700 personas.

En general, el aumento de ocupados con doble nacionalidad surge de inmigrantes que han obtenido la ciudadanía española. Así, aún sin cambiar de empleo, dejan de incluirse entre los inmigrantes.

Si se unen en un mismo grupo las personas con doble nacionalidad y los inmigrantes, se obtiene que la cantidad de ocupados inmigrantes “en sentido amplio” (doble nacionalidad + inmigrantes) ha aumentado un 4,5% en los últimos doce meses (115.600 empleos). Por su parte, la cantidad de ocupados exclusivamente con ciudadanía española ha crecido un 2,5% (406.100 plazas). Desde esta perspectiva puede decirse que los extranjeros han captado un 22% de los nuevos empleos.

Los inmigrantes equivalen al 11,1% del total de ocupados, la mayor proporción en cuatro años. No obstante, si incluimos en ese grupo a las personas ocupadas con doble nacionalidad, obtenemos que el total de extranjeros equivale al 14% de las personas que trabajan en España, la mayor proporción desde septiembre de 2011 aunque inferior al 14,9% alcanzado en 2008.

Nacionalidad y comunidad autónoma

El caso general, en el que se incluyen diez autonomías, es el incremento simultáneo del número de ocupados españoles e inmigrantes. Cuatro regiones (Cantabria, Castilla y León, el País Vasco y La Rioja) exhiben un incremento en el empleo de inmigrantes al mismo tiempo que cae la ocupación de españoles.

Por su parte, Andalucía y Asturias muestran la situación inversa: un mayor empleo de españoles paralelo a una reducción en el número de ocupados inmigrantes. Finalmente, Extremadura es la única comunidad que presenta un descenso en la ocupación de ambos colectivos.

Las regiones donde más ha aumentado el número de trabajadores inmigrantes son Cataluña y la Comunidad de Madrid, con un incremento interanual que en ambos casos ha sido de 25.800 personas (+6,2% y +6,9%, respectivamente). Les sigue la Comunidad Valenciana (14.200; +5,4%). Sin embargo, el mayor incremento porcentual en el empleo de extranjeros se alcanza en Cantabria (+17,4%, tras la incorporación de 2.500 inmigrantes al empleo).

Las únicas tres comunidades que muestran retrocesos en la ocupación de extranjeros son Extremadura (-12% interanual), Andalucía (-6,3%) y Asturias (-4,8%).

Baleares y Canarias son las comunidades con mayor participación de trabajadores procedentes del exterior, con un 22,4% y un 17,5% del total de ocupados, respectivamente. Les sigue Murcia, con un 15,7%. Las proporciones más bajas de ocupados inmigrantes se encuentran en Extremadura (2,2%), Galicia (3,8%) y Asturias (4%).

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