Buenas prácticas que favorecen el empleo juvenil
Se han presentado esta mañana en Madrid el Estudio sobre Prácticas Internacionales de Promoción del Empleo Juvenil, acto que ha contado con la presencia de la Ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez
La grave situación de desempleo que sufrimos a nivel global tras la crisis financiera de 2008 que afectó en mayor medida al colectivo más joven de la población, hizo que numerosos gobiernos, empresas e instituciones internacionales aunaran esfuerzos por tratar de buscar soluciones ante este problema. Gracias a la progresiva recuperación económica y a las diversas iniciativas dirigidas a jóvenes que se han llevado a cabo, la situación ha mostrado cierta mejoría en los últimos años.
Conscientes de ello, se ha presentado esta mañana en Madrid el Estudio sobre Prácticas Internacionales de Promoción del Empleo Juvenil con el objetivo de contribuir al crecimiento económico, social y educativo español, fomentando la creación de empleo y, con ello, posicionar a España como un modelo de lucha contra el desempleo juvenil y la superación de obstáculos que impiden el acceso al empleo.
El acto ha contado con la presencia de Fátima Báñez, Ministra de Empleo y Seguridad Social, quien ha recalcado que “hace apenas 6 años, 1 de cada 2 nuevos jóvenes parados en Europa era español; ahora España lidera la creación de empleo joven en Europa y crea empleo entre ellos a un ritmo del 8,4%, más del doble que la media nacional”.
En su intervención Bañéz ha señalado también que, respecto al empleo juvenil “nuestro país crea un 7,2% más de empleos que el segundo país que más empleo crea: Francia, y más del doble que Italia y Alemania".
Y concluyó pidiendo “la colaboración de empresas, entidades sociales y comunidades autónomas para hacer de este tema [la formación] un puente a las oportunidades para muchos jóvenes que no tienen una formación completada”.
El desempleo juvenil en España y en la UE
El año 2017 cerró con una tasa de desempleo del 16,4% en España. Sin embargo, en el caso de los jóvenes, esta cifra se incrementa hasta alcanzar el 36,8%, lo que la sitúa entre las tasas de paro más elevadas de la Unión Europea, con 558.000 personas menores de 25 años desempleadas en nuestro país.
Además de España, otros países como Grecia, Croacia, Portugal, Chipre, Francia, Italia y Eslovaquia se enfrentan a una situación laboral complicada en este segmento de la población. En total, unos 4 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años no tienen empleo en la Unión Europea.
Las diferencias entre unos países y otros es tal que hay una diferencia de más de 40 puntos porcentuales entre Malta, que es el estado miembro con menor tasa de paro juvenil (7,2%) y Grecia, que cuenta con la mayor cifra de desempleo en menores de 25 años (un 50,3%).
En España, la problemática del desempleo juvenil se debe a distintos factores, no siempre comunes a los del resto de países de la Unión Europea: el boom y posterior pinchazo de la burbuja de la construcción; la competencia de países emergentes con bajos salarios en el sector industrial que ha obligado a las empresas a reemplazar la mano de obra por maquinaria o a trasladar su producción a países con una menor remuneración; el desconocimiento de todas las posibilidades de búsqueda activa de empleo; el desajuste entre el sistema educativo y el mercado laboral; la tendencia del mercado a ajustar costes mediante la destrucción de empleo temporal, que es el más frecuente entre los jóvenes; el nivel formativo de este colectivo (el 19% abandona los estudios sin terminar la educación secundaria); y el desempleo de larga duración (más de un millón de jóvenes en esta situación).
Pese a que el 19% de los menores de 25 años en nuestro país no llega a finalizar sus estudios secundarios, el 24% tiene formación elevada, 4 puntos porcentuales por encima de la media europea, lo que evidencia la fuerte polarización de la educación en nuestro país debido a la baja apuesta de los jóvenes por los estudios intermedios y la formación más técnica, como la FP dual.
La Garantía Juvenil y el Pacto Europeo por la Juventud
La situación económica de la Unión Europea ha ido mejorando, en líneas generales, en los últimos dos años. La mayoría de estados miembros ya han registrado crecidas en positivo de su PIB, así como en sus tasas de ocupación, también en las relativas a los jóvenes. Este crecimiento del empleo juvenil se debe, en gran medida, a que este asunto ha ocupado un lugar primordial en la agenda de la Unión Europea y se han impulsado iniciativas como el programa de Garantía Juvenil y el Pacto Europeo por la Juventud.
En 2013, la Unión Europea y todos sus estados miembros aprobaron la creación de la Garantía Juvenil, que nace para velar que todos los jóvenes reciban una buena oferta de empleo, educación continua, formación o período en prácticas en un plazo máximo de cuatro meses desde que finalicen sus estudios o entren en una situación de desempleo. Desde su lanzamiento en 2014, la Garantía Juvenil ha registrado a 18 millones de jóvenes y 11 millones han aceptado una oferta de empleo, educación o período de prácticas.
El Pacto Europeo por la Juventud, por su parte, tiene como finalidad la creación de 100.000 nuevos puestos en prácticas y nuevos empleos destinados a los millones de jóvenes entre 15 y 24 años que no tienen trabajo, educación o acceso a la formación. Mediante la colaboración de todas las partes (también del mundo empresarial), el Pacto pretende aumentar el número y la calidad de los acuerdos entre empresas e instituciones del ámbito educativo para lograr una mayor empleabilidad e inclusión; reducir la distancia existente entre las habilidades que se enseñan en el entorno educativo y las que demandan las empresas; y contribuir a las políticas nacionales para la competitividad y la empleabilidad de los jóvenes.
El Pacto Europeo por la Juventud propone la creación de 10.000 acuerdos de cooperación empresa-educación para generar, al menos, 100.000 puestos de prácticas o primeros empleos de calidad. Todo ello se articula a través de 28 planes de acción nacionales que se presentaron a finales de 2017 en la primera European Enterprise Summit y que arrojó los siguientes resultados: 23.000 acuerdos empresa-educación, 160.000 nuevas oportunidades laborales y 3 propuestas de políticas públicas para dar con soluciones a largo plazo.
Políticas públicas de promoción del empleo juvenil en España
Desde 2014, el mercado laboral ha vivido un cambio de comportamiento en nuestro país. En los tres últimos años, el paro ha disminuido y la contratación y la afiliación a la Seguridad Social han crecido. Este cambio de rumbo se ha notado también entre los más jóvenes. De hecho, el desempleo juvenil se sitúa ahora en el 37,4%, mientras que hace tan solo un año estaba en el 42,7%. Aunque los contratos temporales siguen suponiendo un 25% del total, se ha mejorado mucho en ese campo, ya que antes de la crisis suponían un 32%.
Estos progresos se han obtenido, entre otras muchas cosas, gracias a la entrada en vigor del Sistema Nacional de Garantía Juvenil, que tiene por objeto que los jóvenes menores de 25 años no ocupados ni integrados en los sistemas de educación o formación puedan recibir una oferta de empleo o formativa. Para ello, se han establecido diferentes medidas entre las cuales destacan aquellas destinadas a mejorar la concordancia entre la oferta y la demanda de empleo y la mejora de las competencias profesionales de los beneficiarios. Además, se han introducido incentivos a la contratación (indefinida o en prácticas) de los jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
Otra de las iniciativas que se han aprobado en este sentido es la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, con 100 medidas para favorecer el empleo joven tanto por cuenta ajena como por cuenta propia.
A esta medida se suman otras como la reforma para la calidad educativa en educación primaria en el curso 2014-2015; un plan específico para combatir el abandono escolar prematuro para 2014-2020; la Formación Profesional Básica, para permitir a aquellos jóvenes sin educación obligatoria que puedan obtener un título profesional; la Estrategia Española de Activación para el Empleo y Reglamento sobre la cartera común de los servicios públicos de empleo; la reforma del sistema de formación profesional para el empleo, que mejora la adaptación a las necesidades productivas y la calidad de esta formación; la Estrategia Nacional de Competencias en colaboración con la OCDE, que identifica las competencias clave que deben desarrollarse para impulsar el empleo; y el Plan Nacional de Política de Empleo 2016, que establece los objetivos a alcanzar en el conjunto del país y en cada una de las comunidades autónomas.
El Real Decreto Ley para la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral, de marzo de 2015, es otra medida destacada. Nace con la finalidad favorecer el acceso al empleo de mayor calidad y contribuir a la lucha contra la desigualdad. El modelo de Formación Profesional para el Empleo vigente es un sistema “consolidado en el tiempo” que hoy utilizan 475.000 empresas. Sin embargo, adolece de falta de planificación estratégica, calidad y transparencia. Además, existe un desajuste entre la oferta de contenidos formativos y las demandas de empleo.
Entre sus objetivos están: favorecer la creación de empleo estable y de calidad; mejorar la competitividad empresarial; garantizar el derecho a la formación; ofrecer garantías de mejora de la empleabilidad y promoción profesional de los trabajadores; y consolidar en el sistema productivo una cultura de la formación. Además, la reforma pretende lograr una mayor eficacia, eficiencia y transparencia en la gestión de los recursos y que el sistema sea evaluable.
Políticas públicas de promoción del empleo juvenil por CC.AA.
Entre las diferentes políticas que se han implantado a nivel regional en materia de promoción del empleo juvenil, destacan las siguientes:
Plan de Empleo Juvenil de la Comunidad de Madrid, de 2015, tiene como objetivo principal implementar las medidas de mejora de la empleabilidad y fomento de la contratación mediante un programa de prácticas profesionales para jóvenes cualificados. El objetivo es fomentar la contratación de estos jóvenes en ocupaciones directamente relacionadas con su titulación para proporcionarles la experiencia profesional necesaria acorde al nivel de formación y estudios cursados, así como activarlos para la posterior búsqueda de empleo.
En la Comunidad de Madrid destaca también el Programa de cualificación profesional para aprendices, en el cual se ofrece la realización de un periodo de formación de aprendiz a los jóvenes sin cualificación con el fin de que obtengan en un régimen de alternancia laboral retribuida con actividad formativa mediante la subvención de su contratación bajo la modalidad del contrato de formación y aprendizaje.
Prácticas profesionales no laborales en despachos profesionales, del Gobierno de Extremadura. Esta iniciativa de 2013, involucra 25 colegios profesionales. El objetivo principal persigue la mejora de la empleabilidad facilitando a los jóvenes titulados una primera experiencia laboral y proporcionando a los mismos los conocimientos y prácticas adecuados para su inserción en el mercado de trabajo.
El Plan de Empleo Joven de Aragón 2015/2016 tiene como objetivo proporcionar a los jóvenes aragoneses los conocimientos y habilidades que mejoren su empleabilidad, a través de un conjunto de acciones de información, orientación, formación y fomento del empleo.
Políticas públicas de promoción del empleo juvenil en otros países de la UE
Para evitar el abandono escolar prematuro existen diferentes iniciativas en el entorno europeo. Destacan las llevadas a cabo por Alemania, Austria, Bélgica, España, Estonia, Finlandia, Holanda, Luxemburgo, Malta y Polonia. He aquí algunos ejemplos de esas políticas:
En Alemania, la Guía sobre las carreras profesionales es tratada como una asignatura específica más o dentro de otras asignaturas, desde los primeros niveles de la educación.
Existen numerosas iniciativas de políticas públicas para el fomento del empleo entre los jóvenes en el entorno europeo, reforzadas además por el impulso que desde la Unión Europea se está dando a los programas de formación profesional/aprendizaje y las prácticas en el mercado laboral. Así, la European Alliance for Apprenticeships, impulsada por la Comisión Europea, tiene como objetivo mejorar la calidad y oferta de los programas en la Unión Europea, de manera que haya un cambio en la mentalidad del aprendizaje mediante la inserción de estos.
Además, los estados miembros acordaron el Quality Framework for traineeships (QFT), que sirve de referencia para la determinación de un periodo de prácticas de calidad bajo la Garantía Juvenil y garantizará que todos los traineeships y aprenticeships estén amparados bajo un contrato por escrito, en el que se asegure la cobertura del contenido estipulado y las condiciones de trabajo.
Entre los países que han desarrollado mejores políticas para lograr mejorar el empleo juvenil están Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Hungría, Reino Unido y Suecia. Estos son algunos ejemplos:
En Chipre destaca el “Scheme for The Job Placement and Training of Tertiary Education Graduates”, que tiene el objetivo de ayudar a los jóvenes graduados a encontrar un empleo productivo y adecuado a través de la adquisición de experiencia laboral y conocimiento especializado.
El Gobierno danés pactó un acuerdo sobre la formación profesional mediante el cual se garantiza una mejor calidad de la enseñanza y la posibilidad de acceder a estudios superiores a través de la formación profesional.
Hungría ha impulsado numerosas medidas para impulsar el empleo entre los menores de 26 años. El programa “Camino hacia el empleo” pretende que al menos 96.000 personas en situación de desempleo, especialmente aquellas de los colectivos más vulnerables, mejoren su empleabilidad o adquieran cualificaciones.
La Garantía Juvenil ha supuesto que cada estado miembro de la Unión Europea haya tenido que diseñar un plan nacional para favorecer la inserción laboral de los jóvenes. Finlandia y Suecia son dos ejemplos de éxito del desarrollo y aplicación de esta política, en base a un peritaje realizado por el Fondo Europeo en el que, tras los tres primeros meses registrados en el paro, el 83.5% de los jóvenes que buscaban empleo, recibieron una oferta de calidad.
Los servicios públicos de empleo, permiten a los jóvenes tener una evaluación personalizada de su necesidad y una vez identificada proceden con el desarrollo de un plan de empleo que concuerda con el objetivo de la garantía. No sólo se trata de conseguirle un trabajo, en muchas ocasiones lo que requieren es una oportunidad de estudio académico o profesional o de alguna otra medida de activación.
En Austria se ha conseguido reducir el número de alumnos que repiten un curso entero. Desde 2013, los estudiantes tienen que aprobar todos los módulos del año, pero pueden pasar al siguiente curso incluso si suspenden dos o tres módulos. En tal caso, reciben lecciones específicas de refuerzo. Esto ayuda a que los alumnos no tengan que repetir un curso entero, lo que les permite continuar con su clase y su círculo de amigos.
Bélgica tiene una figura institucional específica para luchar contra el abandono escolar prematuro, apoyada por un grupo de trabajo específico que incluye al regulador, a la sociedad y a organizaciones del ámbito educativo.
Iniciativas privadas nacionales e internacionales de promoción del empleo juvenil
A nivel privado se han desarrollado multitud de iniciativas encaminadas a ayudar a los más jóvenes a encontrar su primer empleo. Entre todas ellas destacan las llevadas a cabo por ABB, BSH Electrodomésticos España, IBM, Leroy Merlin, Mahou San Miguel, Business Leaders Forum, Mark & Spencer, McKinsey Social Initiative, Fundación Mapfre, Nestlé, Red Eléctrica de España, Repsol, Sanofi, SEAT S.A., Sony y Vodafone España.
Sony, por ejemplo, tiene el programa “HQ Global Recruitment” con la finalidad de reclutar a los mejores talentos mundialmente para trabajar en la sede central en Japón. De esta manera, los jóvenes introducen mayor diversidad en Sony Japón y promueven la esencia de la filosofía corporativa “The Sony Spirit”. El proceso de reclutamiento es abierto para recién graduados de todo el mundo y los aspirantes que tengan éxito serán contratados por Sony Corporations.
En materia de formación en alternancia destaca la labor realizada por las empresas Estudio Azovstal (Metinvest), BSH Electrodomésticos España, DTEK, Endesa, Gestamp Automoción, Iberdrola y NH Hotel Group.
NH Hotel Group, por ejemplo, ha desarrollado el programa SPRINT, que nace en un marco en el que confluyen, por un lado, la dificultad para acceder al empleo en España y la dificultad de la Unidad de Negocio de NH Hotel Group en Centro Europa para cubrir puestos de personal base cualificado en hostelería en hoteles de Múnich y Viena. SPRINT tiene como objetivo principal ofrecer la oportunidad de trabajar en hoteles de Centro Europa a jóvenes en riesgo de exclusión, formados en hotelería.
Entre los mejores sistemas de apoyo al emprendimiento cabe resaltar los que han realizado las entidades Bridgestone, COOPFOND, Fundación Botín, Gruppo Unipol, Orange, Youth Business Serbia y Unilever.
Un ejemplo es Bridgestone, empresa que se ha comprometido a apoyar el Pacto para la Juventud, un compromiso mutuo entre empresas líderes y la Unión Europea para desarrollar e intensificar los acuerdos universidad-empresa dirigidos a fomentar el empleo juvenil y la inclusión.
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